martes, 10 de mayo de 2016

Retrato de Bernard Kouchner (“Médicos sin fronteras”) y su más reciente manipulación

   

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Bernard Kouchner se ríe cuando le preguntan por los informes sobre el tráfico de órganos en Kosovo durante su mandato

La rabia de Kouchner: Retrato de un judío belicista e inmigracionista


Bernard Kouchner es un político francés que ha sido durante décadas una cara habitual en los medios de comunicación, dedicado por lo general a la promoción de esta u otra “intervención humanitaria” en alguna parte del mundo. Se desempeñó como ministro de exteriores de Francia entre 2007 y 2010.
Quedé tremendamente sorprendido por un pasaje en el libro de Paul-Éric Blanrue sobre Sarkozy y los judíos en el que menciona la reacción histérica de Kouchner cuando uno de sus amigos se refirió al “lobby judío”. Numerosas figuras, incluyendo el presidente François Mitterrand, y el primer Ministro Raymond Barre, han señalado que este lobby es un elemento importante en la vida política y cultural francesa. El libro de Blanrue estudia la carrera de Sarkozy para investigar la tendencia secular en Francia a la sustitución continua de los vestigios de las élites gaullistas, aún comprometidas de alguna manera con la independencia de Francia, por las élites neoconservadoras y globalistas.
Jacques Séguéla, un acaudalado francés dedicado la publicidad, cuenta que estaba en un crucero con Kouchner y su esposa Christine Ockrent (entonces jefa de los canales estatales internacionales de Francia, incluyendo Radio Francia Internacional y canal de televisión France 24): Casualmente mencioné, no recuerdo en qué contexto, sin ninguna intención racista, la expresión “lobby judío”. Menuda la armé. Bernard saltó de golpe y se encerró en su camarote. Christine [Ockrent, la esposa, Directora General de Francia Monde, TV5 Monde, France 24, RFI], fue a ver lo que pasaba; regresó portando una resolución kouchneriana: “Voy a dejar este barco antisemita a primera hora de la mañana”. No pude dormir en toda la noche. Al romper el alba, rompí en disculpas sin saber muy bien cuál había sido mi pecado. [3]
Este episodio, creo, resonará con fuerza en muchas personas que han tenido que tratar con judíos fuertemente identificados como tales cada vez que perciben que sus intereses esenciales están en juego. Kouchner muestra una asombrosa intensidad emocional y que tiene derecho a participar en un chantaje emocional sin restricciones contra un amigo por el menor desliz no intencional. Pero ¿qué es más aterrador, para un judío, que la visión de los goyim señalando que los judíos tienen una influencia desproporcionada, o incluso forman un “lobby” en tierras gentiles?
Kouchner, nacido en 1939, es el hijo de un padre judío y madre protestante. Al igual que el medio judío Emmanuel Todd, se identifica fuertemente como judío, diciendo: “ser un medio judío es ser doblemente judío”.
Kouchner ha construido toda su carrera sobre el descrédito de la idea de la soberanía nacional y el principio del “derecho de intervención” (droit d’ingérence) de las élites occidentales en cualquier parte del mundo, citando pretextos humanitarios o democráticos. Se ha especializado y ha sido muy hábil en la explotación de los medios de comunicación, usando imágenes de niños hambrientos o civiles masacrados, para manipular emocionalmente a la opinión pública a que acepte las guerras imperialistas.
La primera escapada de Kouchner al extranjero fue como médico en Biafra durante la hambruna de 1968 causada por la Guerra Civil de Nigeria. En 1971 fundó MSF (Médicos sin Fronteras) y se hizo conocido en los medios internacionales como el “doctor francés”. Más tarde subió en las filas del Partido Socialista francés, a menudo con puestos en el gobierno.
Como político francés de alto nivel, Kouchner ha explotado prácticamente todas las oportunidades para manifestarse a favor de la guerra contra los nacionalistas europeos y árabes, citando su teoría del derecho de injerencia. En 1991, como miembro del gobierno francés, animó a la violación de la soberanía de Irak para ayudar a los secesionistas kurdos y llamó a Occidente a ir más allá de la liberación de Kuwait y derrocar al presidente Saddam Hussein en Bagdad.
A lo largo de la década de 1990, formó parte de la camarilla abrumadoramente judía de “intelectuales” franceses (Bernard-Henri Lévy, André Glucksmann…) quienes nunca vieron una guerra que no les gustara y disfrutaron de un extraño y sistemático acceso a los medios de comunicación para promover estas guerras. Hay una famosa foto de él transportando arroz en una Somalia desgarrada por la guerra y devastada por el hambre.
En 1999, tras el bombardeo de la OTAN de Serbia en violación del derecho internacional, Kouchner fue designado Alto Representante de las Naciones Unidas en Kosovo, siendo el gobernador efectivo del nuevo estado de la mafia albanesa de esa provincia. Kosovo fue dirigido por los ex terroristas del Ejército de Liberación de Kosovo y Kouchner tuvo la deshonra de presidir una corrupción y criminalidad asombrosas. Además de la opresión de los serbios de Kosovo, los albaneses de Kouchner estuvieron presuntamente involucrados en un espantoso tráfico de órganos extraídos de combatientes y civiles. Mientras que las Naciones Unidas y altos funcionarios del Consejo de Europa han apoyado las acusaciones, Kouchner desestimó el asunto en la televisión de Serbia, con una risa estruendosa y obscenidades.
En 2003, el “humanitario” Kouchner respaldó la invasión ilegal de Irak por el presidente George W. Bush, lo que llevó a la muerte de cientos de miles y al desplazamiento de casi 5 millones de personas.
En 2007, el recién elegido presidente francés Nicolas Sarkozy nombró a Kouchner su ministro de Asuntos Exteriores, a pesar del hecho de que el primero es un conservador al menos de nombre y el último era un socialista con carné. Esta jugada tiene sentido en la medida en esa distinción es falsa, y los dos hombres se dedican al mismo programa globalista del neoliberalismo, de guerras en el extranjero, e inmigración africano/islámica para el desplazamiento de la población. Ya no hay distinción izquierda-derecha en política; la única diferencia es válida entre globalistas y nacionalistas. A este respecto, Sarkozy y Kouchner eran perfectamente compatibles como globalistas.
El ministro de exteriores Kouchner puso fin a la anterior política de Jacques Chirac de independencia tímida en relación con los Estados Unidos, reintegrando Francia en la OTAN. También trabajó para que Francia aprobara el Tratado de Lisboa, reforzando a la Unión Europea, a pesar de que la opinión pública francesa rechazó un “Tratado constitucional” muy similar en 2005 mediante referéndum. Por tanto Kouchner fue uno de los enterradores de la política anterior del presidente Charles de Gaulle de independencia francesa limitada, una política de equilibrio en Oriente Próximo, y oposición al menos verbal al imperialismo estadounidense.
En 2010, el Jerusalén Post listó a Kouchner como el decimoquinto judío con más poder en el mundo, y señaló que está “[e]n la vanguardia de la lucha internacional contra el programa nuclear de Irán.”
Desde que dejó el cargo en 2010, Kouchner también ha movido los hilos para atacar a Libia, [8], lo que ha llevado a la destrucción de ese régimen antisionista estable y su sustitución por una guerra civil tribal permanente. Y, por supuesto, defendió la guerra para deponer al presidente Bashar al-Assad en Siria, [9], que ha impulsado el surgimiento del Estado Islámico. En esos casos, Kouchner ha defendido las políticas que han conducido a la muerte de miles de personas inocentes, mientras que al mismo tiempo se promueve el interés de Israel fragmentando políticamente a los estados árabes y haciéndolos militarmente impotentes.
Kouchner también ha afirmado que mientras que Irán debe ser privado de armas nucleares, el mundo tiene “el deber de proteger [Israel].”  Israel, hay que recordar, es un estado explícitamente racista con una política de inmigración de judíos sólo. De hecho, Israel ha estado violando el derecho internacional y limpiando étnicamente el territorio de palestinos nativos desde hace medio siglo. Israel también se ha involucrado en guerras periódicas de agresión. Sin embargo, Kouchner curiosamente nunca ha aplicado su teoría del derecho de injerencia a Israel y, de hecho, en el pasado ha tomado iniciativas para acabar con los elementos excesivamente pro-palestinos en el Partido Socialista francés.
Kouchner es sin embargo muy crítico con Francia, afirmando que “Francia es un país racista” y que el presidente Sarkozy “era detestado también porque era el hijo de un húngaro y el nieto de un judío.” [11] Y al tiempo que afirmaba que el mundo entero tiene el deber de apoyar a Israel con su política de inmigración de judíos sólo, Kouchner ha exigido que tanto Francia como Europa respondan a la crisis migratoria actual aceptando más colonizadores africanos / musulmanes. [12] Estos migrantes, por cierto, están llegando a Europa, en parte, precisamente a causa de las guerras asesinas que Kouchner ha promovido en el mundo árabe. Para Kouchner, es una situación de ganar por ambos lados.
Toda la vida y la carrera de Bernard Kouchner han estado dedicadas a promover los intereses y las reivindicaciones de jurisdicción universal del imperio estadounidense y sus satélites europeos. Objetiva y consistentemente, ha trabajado para destruir las naciones europeas y árabes independientes, y al mismo tiempo para promover los intereses judíos y, en particular, etno-estado judío de Israel. La hipocresía es su derecho, supongo.
Sin embargo, se plantea la pregunta: ¿Cómo es posible que haya podido ejercer como ministro de Asuntos Exteriores de Francia **? ¿Incluso por qué es ciudadano francés?
** La respuesta corta a esta pregunta es, obviamente, y por lo menos en parte, la fuerza del meme “el-lobby-que-no-existe” en los círculos de las élites francesas. El presidente de Kouchner, Sarkozy, ha hecho declaraciones increíblemente judeocéntricas lo largo de los años, presumiblemente para complacer a las élites judías y con pleno conocimiento de que tales declaraciones no le harán daño entre los votantes franceses. Esto incluye recientemente que “el derecho de Israel a la seguridad [. . .] Es la lucha de mi vida”, y que la humanidad ha “contraído hacia el pueblo judío una deuda que no puede ser extinguida”. Ver Guillaume Durocher,”Paul-Éric Blanrue y los Judíos: De la celebración a la censura, The Occidental Observer, 24 de septiembre de 2015.
Fuente.

| 6 de mayo de 2016
Fotografía del 15 de octubre de 2015
© Ministerio ruso de Defensa
El ministerio de Defensa de la Federación Rusa publicó imágenes satelitales del hospital Al-Qods de Alepo, supuestamente destruido el 27 de abril de 2016 por la aviación de la República Árabe Siria. Las imágenes muestran que dicho hospital ya estaba destruido desde hace al menos 7 meses.
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Fotografía del 29 de abril de 2016
© Ministerio ruso de Defensa
El supuesto bombardeo de este hospital fue anunciado por Médicos Sin Fronteras [Médecins sans frontières], organización humanitaria creada por el médico francés Bernard Kouchner para los servicios secretos franceses durante la guerra de Biafra.
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